Las vitaminas se clasifican en dos grupos: vitaminas hidrosolubles (vitamina C y todas las vitaminas del grupo B) y vitaminas liposolubles (A, D, E y K), que no se almacenan en el organismo y se encuentran en el hígado, los tejidos grasos y los músculos del cuerpo. Estas últimas se eliminan del organismo a través de la orina, ya que se disuelven en el agua. Deben recibirse de la dieta porque el cuerpo no puede sintetizarlos, y su consumo es necesario para que el organismo funcione correctamente. Anemia, debilidad muscular, cambios en la piel, irritabilidad o fatiga son algunos de los problemas y síntomas comunes que pueden notarse cuando hay una deficiencia de este tipo de vitamina. Si la deficiencia es pequeña y los síntomas son leves, también pueden aparecer como signos de dolor de espalda, convalecencia o dietas inadecuadas.
En las circunstancias mencionadas puede utilizarse un suplemento vitamínico adecuado para ayudar a prevenir y curar las carencias de vitaminas. Por lo tanto, para maximizar la eficacia del uso de un suplemento de este tipo, debemos atender a los consejos y sugerencias de un profesional de la salud cualificado que pueda aconsejarnos sobre el régimen adecuado para utilizarlo.
¿Qué es un suplemento vitamínico?
Un suplemento vitamínico puede incluir una vitamina concreta o una mezcla de vitaminas, cada una con una función especial en el organismo.
La palabra "suplementación" se refiere al suministro de cantidades comparativamente elevadas de micronutrientes, a menudo en forma de píldoras, cápsulas o comprimidos, entre otras formas. Entre sus ventajas se encuentran la capacidad de proporcionar la cantidad adecuada de uno o más nutrientes, la posibilidad de utilizar compuestos de alta absorción y la posibilidad de controlar lo antes posible las carencias de micronutrientes en individuos o poblaciones que se han identificado como deficientes.
En concreto, las vitaminas son nutrientes que el organismo necesita para funcionar correctamente; el cuerpo humano es incapaz de producirlas, por lo que debe obtenerlas de los alimentos. Por ello, las vitaminas se consideran nutrientes vitales, y su carencia está relacionada con diversos problemas de salud.
Dado que no todos los suplementos dietéticos y los suplementos vitamínicos son lo mismo, es fundamental comprender las diferencias entre ambos. Aunque una dieta adecuada y equilibrada proporciona normalmente todos los nutrientes necesarios para el desarrollo normal y el mantenimiento de un organismo sano, las investigaciones indican que esta situación ideal no siempre se da en la práctica real para todos los nutrientes ni para todos los grupos de población. Por ello, los complementos alimenticios son productos constituidos por fuentes concentradas de nutrientes que se presentan con la finalidad de complementar la ingesta de estos nutrientes en la dieta normal. Se aconseja tomar la dosis diaria especificada en la etiqueta del producto; no debe superarse y no sustituye a una dieta equilibrada.
¿Cuándo es un buen momento para tomar un suplemento?
Uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de carencias nutricionales, incluidas las vitamínicas, es el consumo de alimentos muy refinados junto con una reducción gradual de la ingesta total de alimentos para prevenir la obesidad. En este caso, la toma de suplementos vitamínicos podría justificarse como esencial para circunstancias particulares y para ayudar a restablecer un estado nutricional suficiente.
Si desea conocer más información acerca de los suplementos vitamínicos, visite el sitio web de GNC.